Recuerdo entre brumas neuronales haber intentado leer a Savater en mis años mozos (creo que el intento aproximativo se llamaba el jardín de las dudas o algo así) y recuerdo haber desistido sin mucho remordimiento lector por mi parte.
Ahora bien,ya con el poso de la edad en el fondo del vaso psíquico y mental reconozco que quizas me perdiese "algo" al dejar de leer sus libros.
De hecho,el primer libro que he leido de este señor es el aqui expuesto y que me dejó un entusiasta regusto a mas y mas.
Fabrica Savater amplios conceptos metaforicos que son como agua de mayo para el espiritu lector;regresa a autores,personajes y citas con sabia y serena complacencia,como quien anduvo por casa de la historia y se trajo de allí rememoranzas ,semblantes y anecdotarios.
En este caso en particular ,Savater viaja por la escocia nebulosa y fria tras Robert Louis Stevenson llevando un pesado equipaje de rupturas sentimentales, dudas vitales y morbosidad sexual añadida.
Y no diré mas sino que la lectura de esta novela fue gratamente gratificadora para mi,un verdadero placer lector altamente recomendable.
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