Érase una vez uno de los libros que regaron mi infancia,enramando mi imaginación por la herrumbrosa y oxidada moral heredada de un sistema escolar obsoleto y reaccionario.Mil y una realidades se mostraron a partir de aquel entonces con la sinuosa astucia de sherezade,Alí babá,Aladino o simbad pero también con la oscura perfidia de sus personajes malvados representados en Schahriar y en comerciantes aváros,mujeres seductoras...Para mí,La cultura árabe que percibía en sus maravillosos relatos siempre fué fuente de misterio y belleza;Hoy,que ya tuve la desgracia de crecer a esta realidad infectada políticamente de egomanías y egocentrismos y obligada durante siglos a temer a Dios y a subyugarse a sus falsos (por humanos) mandatos divinos...Una realidad en que resulta que la inteligencia de la mujer árabe carece de toda libertad para mostrarse y en que la religión ha tomado las riendas de cualquier exposición de pensamiento u obra por parte de la población musulmana,cohartando así la propia concepción de ser humano en los paises donde esta religión está asentada...yo sigo pensando que en aquellas tierras cálidas de persia ,egipto o la india hay un genio encerrado en millones de lámparas,que mantiene a salvo de sátrapas y muyaidines,la magistral sabiduría de un pueblo que desde tiempos remotos supo compaginar religión y tolerancia,ciencia y misticismo,belleza y serenidad...y que actualmente, degradado por algunos locos exaltados que se creen ellos mismos representantes de un Dios que no existe,porque su dios o el nuestro no pueden ni deben existir,han vejado la digna estirpe de todos los hombres y mujeres buenos que atesora este Bello,Hermoso,voluptuoso y educador cuento de cuentos con que sherezade nos sigue entreteniendo desde hace mil y una noches.
Sinopsis:
El sultán schahriar, al descubrir que su esposa le es infiel,la mata y ordena al gran visir que le consiga una esposa cada noche y que ésta sea ejecutada al día siguiente;Sherezade,hija del visir, urde un plan y se ofrece a ser la esposa del sultán al que empieza a contar cada noche una historia que interrumpe cada amanecer a la hora de la ejecución.El sultán,fascinado e intrigado por su relato,la deja con vida día tras día...,así,Sherezade nos desgrana con gran belleza lingüística,un mundo de fantasía en el que tienen cabida aventuras,hechizos,amor,avaricia,Fe,voluptuosidad y honestidad en forma de unos cuentos que ya forman parte de la cultura universal humana.
Cuentan que había un árbol plantado a orillas del agua, en un terreno propicio, y no daba frutos. Y después de prodigarle toda clase de cuidados, sin obtener el menor resultado, su dueño quiso talarlo, y el árbol le dijo: "¡Transpórtame a otro paraje y te daré frutos!" Y su dueño le dijo: "Estás aquí a la orilla del agua y no has producido nada. ¿Cómo vas a ser fecundo si te transporto a otra parte?" ¡Y lo taló! Y el joven se interrumpió un momento, y dijo: "Cuentan también que un día se hizo entrar a un lobo en una escuela para enseñarle a leer. Y a fin de enseñarles los elementos de la lengua, le decía el maestro: "Alef, Ba, Ta..." Pero el lobo contestaba: "Carnero, cabrón, oveja ...", porque eso era lo que estaba en su pensamiento y en su naturaleza. Y también cuentan que se quiso acostumbrar a un burro a que fuera limpio e inspirarle gustos delicados. Y le hicieron entrar en el hammam, y le dieron un baño, y le perfumaron y le instalaron en una sala magnífica, y le hicieron sentarse sobre rica alfombra. Y he aquí que él hizo todo lo que de insólito puede hacer un burro en un herbazal, desde los ruidos más inconvenientes hasta las exhibiciones menos delicadas. Tras de lo cual derribó en la alfombra con la cabeza la estufa de cobre que estaba llena de ceniza, y se puso a revolcarse en la ceniza con las cuatro patas al aire, y las orejas hacia atrás, restregándose con ella el lomo y ensuciándose a su sabor. Y su amo dijo a los esclavos que acudieron para corregirle: "Dejadle que se revuelque; luego cogedle y dejadle en libertad en su cuadra. Porque no podríais cambiar su temperamento. Y por último, cuentan que un día decían a un gato: "Abstente de robar y te haremos un collar de oro, y a diario te daremos de comer hígado y pulmón y riñones y huevos de pollo y de ratón". Y el gato contestó francamente: "Si robar ha sido el oficio de mi padre y de mi abuelo, ¿cómo queréis que renuncie a él por daros gusto?"
ResponderEliminar¡Eso fué todo...
En este momento de su narración, Schehrezade vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.