Leí este libro un invierno lluvioso y frío justo antes de mi incorporación al servicio militar obligatorio,y desde entonces pasaron tantas cosas...sic.
La percepción multipolar de la realidad ( o realidades) que por entonces sentía,embarcado en un momento de emociones sicotrópicas,musicales e ideológicas,se vino abajo ante la onírica historia de Emil sinclair y del misterioso Demian.
Es un libro éste,escrito si no para responder preguntas (que también) ,sí para aprender a hacerlas...A mi ,en particular, me inició en una inexplicable búsqueda de convicciones en la que aún sigo inmerso.El hecho de que Hermann Hesse (del que antes leí "El lobo estepario" y que en "Demian" me resultaba sospechosamente nazi por entonces) abogue por la lucha interior del ser humano como único referente a tener en cuenta para acceder al cenit de los sentimientos,encumbrando la conciencia de mal hasta límites verdaderamente exquisitos por certeros (sensación que, bajo mi punto de vista, después de él solamente ha sabido captar Saramago) y mostrando con palabras exactas la ambigüedad y polaridades con que toda alma está angustiada.
Da miedo adentrarse en el pensamiento de Emil porque acaba uno dándose cuenta de que también es el suyo.A mi así me lo pareció;pero mas miedo da intuir los pensamientos de Demian,esa conciencia honesta e impúdica que nos registra una a una las neuronas hasta dejarnos desnudos frente a todo hipócrita concepto de nosotros mismos.
Sinopsis:
Emil sinclair es un niño distinto que al crecer tiene que asumir la realidad.Los demás niños lo maltratan y se burlan de su moralidad.Demian es un recién llegado al colegio que lo defiende y con el cual intíma a traves de conversaciones cultas y pseudofilosóficas.Al crecer sus vidas toman distintos derroteros.Emil se da al vicio y a la autodestrucción;también conoce a Beatrice,de la cual se enamora.Cuando vuelven a reencontrarse brevemente,Demian reprocha a Emil su abandono.Al cabo de los años,Nuevamente reencontrados Demian lleva a su casa a Emil y hace que conozca a su madre de la cual le ha escuchado descripciones asombrosas al narrarle Emil sus ensoñaciones onirícas.La historia acaba en uno de los frentes de batalla de la primera guerra mundial.
La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo,
ResponderEliminarla tentativa de un camino, la huella de un sendero.
Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo;
pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros,
cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin,
viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial.
Alguno no llega jamás a ser hombre,
y sigue siendo rana, ardilla u hormiga.
Otro es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto, pez.
Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre.
Todos tenemos orígenes comunes: las madres;
todos nosotros venimos de la misma sima,
pero cada uno –tentativa e impulso desde lo hondo- tiende a su propio fin.
Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno.
DEMIAN-Hermann Hesse