La mujer como ideal se empezó a romper en mí,cuando cayó en mis manos esta turbia narración de lo mas oscuro que un hombre desconoce de sí mismo...La idea preconcebida que del amor intuía a mis 18 años salió de mi alma como si un sentimiento feroz y desconocido tirara de la cadena de un váter.
El extraño placer que supuso descubrir que yo también odiaba a María iribarne cada vez con mas virulencia conforme Sábato iba adentrándome en la descripción psicológica de los unos celos absurdos,irracionales,terribles...Unos celos a los que nadie con un mínimo de decencia y moralidad podría defender de ninguna manera...Sin embargo,el escritor logra situarnos en esa posición y nos vincula de tal manera al personaje enloquecido que pasa del amor al odio, que hasta comprendemos el acto supremo de asesinar a la mujer que para él representa la cáusa de su propia locura.
Sabemos que la mujer no es culpable de nada reprochable pero Sábato usa las palabras apropiadas para hacernos sentir lo contrario.
Sabemos que el hombre es un asesino psicópata pero Sábato teje en la novela un cúmulo de razones para hacernos sentir que queremos exculparlo.
Nos contaron que el amor es un bello sentimiento y ese sentimiento,Sábato nos lo desguaza para reconstruir con sus restos un tunel larguísimo y terriblemente oscuro que nos lleva a lo peor de nosotros mismos.
Por mi parte,siempre me sentí identificado con Juan Pablo Castel,el protagonista de esta novela y eso es lo que me sigue dando miedo.
