El lenguaje manejado por Ayala en esta serie de relatos cortos es comodamente rimbombante para los lectores avezados en lides histórico-linguisticas.El argumento sarcasticamente cotilla sobre las relaciones de un grupo de personas en una colonia de africa inicia magistralmente una serie de narraciones en las que, quizas,el extraordinario Francisco Ayala abusa de la frases largas pero que indudablemente resulta muy placentero para la mente.Nos mantiene alerta Ayala con los significados de sus palabras y nos impone el ritmo lento de la doblez y la ironía.
Mil literarias excusas por leerlo en el excusado.Mi espíritu se indigesta facilmente.
